Jim Sheridan, abrió
la edición 32 de FICG Guadalajara con su corto: 11th Hour (2016), protagonizado por Salma Hayek.
Por Isabel Cárdenas Cortés, desde Guadalajara.
Retrato a Jim Sheridan. © FICG / Magali Espinosa
El ritmo imparable de este
festival te lleva de un lado al otro de la ciudad corriendo sin parar como Lola la protagonista de Corre, Lola,
Corre, personaje que aparecía en los spots de esta gran fiesta del cine que se llevó a cabo del 10 al 17 de marzo del 2017. El país invitado de honor fue Alemania. Durante los seis días que estuve en Guadalajara recorrí la hermosa calle de
Vallarta de arriba abajo para ver los documentales mexicanos
más desgarradores como Batallas Intimas (Lucia Gajá) y La Libertad del diablo (Everado González), una fábula hermosa y mística: Sueño en otro Idioma (Ernesto Contreras), tragedias ecológicas
irreversibles de la Muestra Film 4
Climate, como la cinta Resurrección (Eugenio Polgovsky). Un maratón sin pausa ni tregua de película tras película, entrevista
tras entrevista y de pronto, entra una llamada: “mañana tienes tu entrevista
con Jim Sheridan”. Me quedé sin
palabras. El director de Mi pie izquierdo
(1989), El Boxeador (1997), En el nombre del padre (1993), En América (2012);
entre muchos otros filmes, nominado al Oscar y por quien el mundo entero conoció al actor Daniel Day-Lewis. Casi
me voy de espaldas. Sus películas me formaron y me abrieron el universo mágico
y trágico de Irlanda.
Y lo mejor de todo: está enamorado
de México y quiere filmar en nuestro país. Me preguntó: “¿Qué te parece el tema
de San Patricio?” Por supuesto le dije que muy bien. “Me encantaría filmar en
México, en español creo y tal vez un poco en inglés. Tengo que aprender más
español.”
Mientras Sheridan –nacido en
Dublín en 1949– trataba de desayunar y comía papaya, le lancé la primera
pregunta:
¿Qué significa para ti estar en Guadalajara con tu
corto 11th Hour y haber inaugurado
junto con Fatih Akin y su cinta Tschick esta
edición del festival?
-Hice esta cinta como una
respuesta al diálogo anterior a las elecciones de EUA. Yo no era
particularmente o directamente “anti Trump” (aunque creo que todo me está
llevando en esa dirección). Estoy muy feliz de estar aquí. De cierta forma,
creo que es más fácil para mí hacer un cortometraje que un largo, hay mucho más
control y es sólo una pequeña “bala” o viñeta, es como un cuento. ¿Sabes? La
puedes pulir un poco, es autónoma: me di cuenta que puedes decir muchísimo en
tan sólo unos segundos y con muy pocas palabras. En el set, me la pasé cortando
el diálogo a lo mínimo.
¿Dónde lo filmaste?
- Lo filmé en un Pub en el barrio de Kilburn en Londres.
Puedes filmar un corto en tan sólo unos días. Por ejemplo, para esta cinta,
para las secuencial reales del 11 de septiembre sólo utilicé material de
archivo y lo corté. Fue increíble porque conocí a Salma y en gran medida,
gracias a ella, pudimos conseguir el dinero para hacer el corto.
¿Por qué escogiste a Salma Hayek, por su poder como
actriz, porque es mexicana, por qué exactamente?
-Por todas esas razones, pero
sobre todo pienso que tiene una gran personalidad, es una mujer muy fuerte. La
conocí hace 20 años. Cuando yo filmé In
América, ella era todo un ícono en EUA, estaba filmando Frida con Julie Taymor. En ese momento
estaba en la cima de su carrera en Hollywood, salía con Edward Norton y éramos
buenos amigos los tres. Por un tiempo me consideraron a mi para dirigir Frida,
después yo hice mi película y ella hizo Frida
con Julie Taymor. Salma es un ícono.
Cuando te pones a pensar lo
grande que es México piensas en los excelentes actores que tiene, como por
ejemplo, Diego Luna, Gael García Bernal. Pero Salma es famosa en el mundo de
otra forma, creo no hay otra actriz de habla hispana tan célebre como ella en
EUA, tal vez Penélope Cruz.
Y todo lo haces con muy pocas palabras, los gestos y
los rostros de los actores son lo más importante, los pequeños detalles. Es muy
fuerte y poderoso, uno se siente como atrapado ¿Por qué decidiste que casi toda
la acción ocurriera en el interior del pub?
- En mi primer guión ellos
salían del Pub, pero me di cuenta que funcionaba mejor dejar toda la acción
adentro del bar y pensé que era importante que los policías que estaban en él,
se percataran de que el taxista era árabe; así que opté porque él entrara. Hay
una lección cuando uno hace cine: cada locación es como una “zona de guerra”. Es
muy importante poder captar la luz, los gestos de los actores, la escena. Si
puedes poner todo en una sola, si puedes traer todo lo del mundo exterior al
interior y meterlo en un sólo escenario, es mejor.
¿Qué es lo más importante para ti cuando haces una
película y qué es lo que te mantiene haciendo cine? Tal vez ahora no sea tan
difícil, pero hubo un tiempo en que pasaste una etapa de muchas carencias,
cuando viviste en EUA.
-Para cualquiera es muy complicado hacer una película, incluso para
Martin Scorsese. Actualmente él está tratando de hacer una cinta con Robert De Niro
y creo que no ha logrado todo el financiamiento que necesitaba de los estudios,
me parece que al final la va hacer para Netflix, no sé. Este nuevo modelo de televisión,
el modelo Netflix, es como una plaga. Ahora en lugar de ir al cine, la gente ve
películas en su computadora o en la televisión y no es lo mismo.
Nunca he visto que nadie
explique la diferencia de ver una película así o en el cine, sin embargo, la
experiencia es totalmente diferente. En la “vieja” forma de proyectar una
película todo era completamente distinto. Los ojos de la especie humana están a
acostumbrados a ver 24 cuadros por segundo, lo cual quiere decir que eso se ve
como la realidad pero de hecho, no es la realidad, es una realidad
“parpadeante”. Entre cada cuadro, entre cada fotograma, hay una parte que no
vemos, lo que llamamos “flickering” (titilante). En cada película de 24 cuadros
por segundo teníamos aproximadamente de cinco a diez minutos de oscuridad y eso
es realmente relajante y te hace entrar en una especie de “trance”. Mientras
que lo digital es justo eso: sólo televisión. Cuando era cine, tu mente podía
ir a viajar, pero ya no. Lo digital no tiene pausa, no tiene ningún alivio, no
tiene ningún elemento artístico en sí mismo.
¿Piensas que las películas y la industria
cinematográfica pueden ayudar a provocar un cambio en el público? Quiero decir
con los momentos de terror que estamos viviendo hoy en día, con Trump en el
mundo. Yo sí creo que el cine puede hacer que las personas nos movamos hacia
otra cosa.
- Yo estoy totalmente de
acuerdo. Antes el pueblo de Irlanda marchaba por los derechos civiles, cuando
no tenían ni derechos. Estaban tomando como ejemplo a los norteamericanos, a
Martin Luther King. Tuvo tanto impacto en mi país, que marcharon por sus
derechos civiles. Yo creo que el cine es el arte más poderoso. Si los
norteamericanos siguen haciendo Spiderman,
Superman, etc., van a terminar con Iron Man en la Casa Blanca: un tipo que
cree que es “Todo poderoso”. Y la gente piensa que les va a resolver todo. Es
totalmente delirante, fuera de la realidad.
Los ganadores de la edición 32 del FICG
Everardo González, director de La libertad del diablo
- Premio Mezcal
- Mejor Documental Iberoamericano
José Ramón Sánchez Delgado, director de Ayúdame a pasar la noche
- Premio del Público
Sofía Carrillo, directora de Cerulia
- Premio “Rigo Mora” al Mejor Cortometraje de Animación
Sofía Gómez Córdova, directora de Los años azules
- Mejor Director
María Secco por La libertad del diablo
- Mejor Cinefotógrafo
Paloma Domínguez por Los años azules
- Mejor Actriz
José Manuel Poncelis y Eligio Meléndez por Sueño en otro idioma
- Mejor Actor